05 Mar LIZ TAYLOR Y BEGUR
Elizabeth Rosemond Taylor, hija de padres norteamericanos, nació en Londres el 27 de febrero de 1932. Su padre, un marchante de arte neoyorquino, se había mudado a Londres en 1929 dónde tenía una galería de arte. La familia regresa a Estados Unidos en 1939 por miedo a la Segunda Guerra Mundial y se establece en Los Ángeles. Taylor acude a su primer casting en Hollywood y consigue su debut en There’s One Born Every Minute (1942), papel menor pero suficiente para mostrar al mundo su gran potencial y su belleza. Más tarde alcanza su primer éxito comercial y crítico con El padre de la novia en el año 1950. Durante los siguientes años, Liz Taylor recibió elogios de la crítica y se convirtió en una leyenda de Hollywood después de su nominación a los Premios de la Academia a la mejor actriz por su papel en La gata sobre el tejado de zinc (1958). Ganó el Oscar como mejor actriz por sus papeles en Una mujer marcada/Butterfield 8 (1961) y ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1967). Fue la primera actriz en recibir un millón de dólares por su papel en Cleopatra, que se convirtió en el mayor éxito de taquilla en 1963.
Liz Taylor capitaneó el afincamiento de Hollywood en la Costa Brava como destino más deseado para sus rodajes. Ya desde 1930 la Costa Brava se convirtió en el destino perfecto para los rodajes de Hollywood, llevando con ellos sus estrellas, pero no fue hasta 1950 y 1960 que la fama del litoral gerundense llega a niveles estratosféricos.
Con el litoral catalán impregnado del fervor y el glamour estadounidense, Elisabeth Taylor escenificó de una manera clara su enamoramiento hacia la Costa Brava a partir de 1959 rodando “De repente, el último verano” en Begur, provocando un efecto llamada para otros actores y gente famosa. Este film de intriga graba sus puntos álgidos y de máximo impacto en el castillo de Begur y sus calles del centro. Es tal el impacto que este pequeño pueblo costero de la Costa Brava conquista a la actriz y a su marido de aquel momento.
No sólo Liz cayó rendida a la majestuosidad del litoral gerundense. Ava Gardner, mujer de Frank Sinatra en esos tiempos, vino a la Costa Brava (1950) a rodar “Pandora y el Holandés errante”. Sant Feliu de Guixols, Tossa, Girona y Begur fueron sus destinos donde rodó junto a James Mason. Esta pareja de actores populares de la época, provocaron en Frank Sinatra un sentimiento muy fuerte de celosía que le hizo venir a Catalunya para arreglar sus escándalos matrimoniales con Ava Gardner. Tiempos de glamour, fervor y líos en el corazón del litoral catalán.
Otros actores de alto nivel que pisaron el territorio catalán fueron: Rock Hudson (Llafranc), Madeleine Carroll (Calonge, Palamós), Barbara Hutton, Rudolf Nureyev, (Sant Pol), Orson Welles (S’Agaró), Sean Connery, entre muchos más…
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